¡¡Hola a tod@s!! Ya tenía yo ganas de volver a colgar alguna recetica molona. No es que no cocine, pero casi siempre lo hago a ojo de buen cubero, casi nunca respeto las medidas ni son las mismas de una vez para otra, así que me cuesta lo mío estandarizar las cantidades, hacer fotos decentes y luego escribir sobre ello. Por suerte durante el verano me puedo permitir hacerlo a menudo y aquí te quiero proponer una receta sencilla, no importa si eres omnívoro, vegetariano o vegano. Te aseguro que te va a gustar. Se trata de una versión de boquerones en vinagre alternativa, mucho más sencilla que la habitual, y lo mejor, sin sufrimiento animal:
He de decir al respecto que cada vez que sale un tema de un plato vegano con nombre de un alimento procedente de animales (como es el caso), siempre hay voces críticas que dicen que si no son boquerones que por qué los llamamos así cuando no tienen nada que ver. Bueno, en general se usan sucedáneos para conseguir sabores y texturas parecidos de algo que antes nos gustaba y de lo que no nos apetece renunciar por temas éticos. Así que gran parte de las páginas de recetas vegan van orientadas a cocinar productos originalmente de origen animal pero con alternativas que no incluyan ni animales ni nada derivado de ellos. Es lo que ocurre con esta receta.
Yo era una comedora compulsiva de boquerones, mi madre los prepara especialmente ricos y siempre me han encantado. Y cuando me emancipé un día quise prepararlos, le pregunté la receta a la jefa y compré un montón de boquerones. Pero cuando tuve delante de mis narices todos esos peces con los ojos abiertos y me tocó abrirlos y destriparlos para lavarlos casi me dan los siete males. Mucha angustia, la verdad. Y ni me los comí a gusto ni volví a hacerlos nunca más. Supongo que el hecho de no plantearnos el origen de las cosas que comemos nos hace ser más insensibles al hecho de que la mayor parte son fruto del asesinato o la tortura, que suena fuerte, pero es así. Por eso, cuando tu conciencia despierta y ve esa terrible realidad se te hace mucho más fácil renunciar a comer ese tipo de alimentos que la mayoría te pregunta con asombro si ya no los consumes.
Bueno, pues hace unos meses descubrí esta receta maravillosa y decidí adaptarla a la que hace mi madre. El resultado ha sido impactante, a toda mi familia les ha gustado, el sabor es practicamente idéntico al original y la textura capaz de engañar al paladar más delicado. Y lo mejor de todo es que sólo vas a necesitar ingredientes que seguro tienes en casa, mucho más baratos, con un proceso mil veces menos engorroso y un sabor estupendo ¿Se le puede pedir algo más a un plato? Sí, que no implique matar a ningún ser vivo y lo puedas convertir en tu aperitivo estrella para este verano. Y sólo vas a necesitar un calabacín, algo que siempre se suele tener en la nevera. También es una buena forma de incluir verdura en la dieta, así que no tienes excusa. Aquí tienes la receta:
INGREDIENTES
- Un calabacín
- Vinagre (he usado de vino, pero cualquiera sirve)
- Agua
- Aceite de oliva
- Perejil
- Ajo
- Sal
Aproveché para hacer los boquerones porque la madre de una amiga tiene un huerto urbano y me dió estos dos calabacines tan hermosos.
El procedimiento es bastante sencillo: cortas aproximadamente la mitad de un calabacin, y con un pelapatatas le retiras la piel y vas cortando filetitos longitudinales (a mí me gustan finos más que gruesos, pero va al gusto). Vas a ver que te saldrán un montón antes de llegar a la parte central de las semillas. Esa no nos sirve, pero con ella puedes hacer una crema bastante apetitosa, un pisto, lo que sea. Aquí no tiramos nada 🙂
Cuando ya tengas los filetes los dispones en un recipiente en capas y luego haces una mezcla con 3 partes de vinagre y 1 de agua (yo he usado una tacita de café, pero depende del recipiente y de la cantidad que prepares, sólo necesitas guardar la proporción 3:1). El agua atenúa el sabor tan fuerte del vinagre y también evita que se «cuezan» demasiado. Puedes echarle un poco de sal de forma opcional. Se vierte la mezcla sobre nuestros filetes de calabacín, se tapan con papel film y se dejan unas horas que se marinen (cuanto más tiempo más sabor tendrán, yo lo he hecho como mi madre hace con sus pescados, los he dejado toda la noche anterior en vinagre hasta la mañana que la he retirado)
Al día siguiente, quitas el vinagre y en un mortero se echa un puñado de sal, un diente de ajo (o dos si te gusta picoso) y un puñado de perejil troceado (yo siempre tengo en casa congelado que se mantiene perfecto durante meses). Se machaca y ya tenemos la mitad del aliño. Poco a poco se va echando aceite para que se empiecen a integrar todos los sabores:
Por último, volvemos a colocar nuestros «boquerones» en otro recipiente en filas y se va echando la mezcla anterior, una fila, un poco de aceite, ajo y perejil, otra fila y otro poco de aceite. Así hasta completar todos los filetitos.
Y ahora sólo tienes que esperar un par de horitas que se maceren. A medida que vayas comiendo verás que día tras día cogen mucho más sabor. Y lo mejor es que se mantienen en perfecto estado varias semanas. A mí me encantan con una bebida bien fría y con patatas chips (las papas de toda la vida, vamos) como aperitivo en estos días calurosos antes de comer, pero puedes usarlos en cualquier preparación, tu imaginación es el límite: Ensaladas, bocadillos, etc.
Espero que te haya gustado, que te animes a probar esta receta y me cuentes qué os ha parecido en casa.
Abrazos, nos leemos pronto 🙂
Apetitoso!
¡¡Lo están!! Un saludo bella 🙂
Aunque yo no soy vegana, me parece una receta muy interesante, la tengo que probar!
¡Hola Lídia! En principio todas las recetas que pruebo y que me salen buenas me gusta compartirlas porque en general yo cocino con cosas «de andar por casa», sencillitas y que se pueden conseguir muy facilmente. Y la verdad, esta es tan rápida para preparar y sale tan buena que es una alternativa estupenda a los boquerones tradicionales (sólo ahorrarte el trabajo de limpiarlos ya merece la pena) Espero que te guste 🙂
Muy facil de hacer y está buenísimo. Gracias por la receta.
Gracias a tí por leerme Rocío, me alegro que he hayan gustado 🙂