Hola a tod@s, ¿Cómo va el puente?
Yo aprovechando para cocinar, leer, y tener un poco de vida social, que nunca está de más 🙂
Y bueno, a vísperas de navidad, es raro que los comercios en las ciudades cierren los días festivos. Pero yo soy de la opinión que las grandes cadenas hacen una competencia completamente desleal a la pequeña y mediana empresa. Como éstas no pueden soportar esos horarios, yo evito en lo posible ir a comprar los domingos o los festivos. Así que me surtí antes para todos estos días. Pillé todo lo que podía necesitar para dejar algunas recetas hechas para esta semana.
La avena
Una de ellas es la leche. Siempre intento tener en casa algún brick de leche vegetal, de avena, de almendras. Intento evitar en lo posible la leche de soja porque no permite la absorción del hierro. En el último trimestre del embarazo no quiero tener anemia, así que es por eso. Y con tantos días de fiesta y tanto que he cocinado, me he pulido todos los bricks de leche que había comprado, así que he optado por hacerme la leche de avena casera.
La avena nunca, nunca falta en mi despensa por su gran versatilidad. Es un cereal rico en fibra soluble e insoluble (buena para el tránsito intestinal y como diurético). Además contiene un alcaloide llamado avenina que tiene efectos sedantes para el sistema nervioso (recomendable en caso de insomnio, ansiedad, etc.) Y como sus hidratos de carbono son de absorción lenta ayuda mucho en el control de azúcar en sangre a la vez que nos proporciona un montón de energía. También tiene propiedades expectorantes, así que si todavía no la habéis usado, ya tenéis una buenísima excusa para indagar en el maravilloso mundo de los cereales alternativos…
Hoy en día la encuentras en casi todos los sitios en forma de copos (ya procesada). Yo la uso para un montón de cosas como sustituto de la harina de trigo en tortitas, bizcochos, galletas (la muelo en el molinillo de café); Para hacerme desayunos tipo «porridge» (que es avena cocida con trozos de fruta, chocolate, frutos secos o semillas). Y sobre todo para preparar esta leche que está buenísima y se hace en un momento.
Leche de Vaca VS Leche Vegetal
A partir de aquí debo admitir que me encanta el sabor de la leche de vaca. Y no es comparable con ningún tipo de bebida vegetal en lo que a sabor se refiere. Hace tiempo que dejé de tomarla por la sinusitis, porque me creaba muchísima mucosidad. Desde entonces empecé a investigar, y realmente debo decir que, aunque en su día lo dejé por temas de salud, hay decenas de razones por las que NO deberíamos consumir tanta leche de vaca. Os cito rápidamente algunas:
- Como cualquier mamífero, la vaca que da leche es porque está en su periodo de lactancia, esto es, acaba de parir. Eso implica que hay que estar continuamente inseminándolas para preñarlas y que paran y así no dejen de dar leche. El promedio de vida de una vaca es de 20 ó 25 años. Las vacas que están en explotaciones lecheras viven una media de 4 años antes de que su producción disminuya, por lo que»ya no sirven» y son llevadas a los mataderos para carne.
- Los terneros que nacen, y que para desarrollarse deberían de tomar la leche materna que luego nos bebemos nosotros, son separados de sus madres a los pocos días de nacer y también, siendo unos bebés son asesinados para la industria cárnica.
- A nivel nutricional, los humanos somos los únicos mamíferos que seguimos tomando leche después del destete materno. Durante muchos años se nos ha dicho que tenía nutrientes esenciales para el desarrollo o la menopausia como el calcio o la vitamina D, pero cada día hay más voces en contra de estos datos. Sólo hay que ver la cantidad de personas que son alérgicas a la proteína de leche o el gran aumento de enfermedades como la osteoporosis en los países donde más leche se consume, lo cual es algo bastante incongruente con lo que siempre nos han dicho sobre la absorción del calcio. Si a eso le sumamos la cantidad de grasa que de forma natural tiene la leche (porque ha de alimentar a una cría que en edad adulta llegará a pesar entre 400 y 1000 kilos) ya ni te cuento. O los procesos por los cuales se suprime toda la grasa y hay que adicionarlo todo de forma artificial (la vit D es liposoluble, sólo se encuentra en medio graso, así que ya me contareis cuanta vitamina vais a encontrar en la leche desnatada). En fin, que mi conclusión es que mientras nos centremos tanto en tomar leche para tener más calcio, estaremos dejando de lado otros alimentos mucho más sanos y con una gran fuente de Calcio y vitaminas, sin provocar dolor ni sufrimiento a otros seres (Col, Brócoli, Almendras, Sésamo, algas, higos, dátiles, naranja, etc.)
Y bueno, después de todo este rollo adoctrinador que os he metido, os cuento que yo llevo sin consumir leche de vaca como unos 3 años, y hasta la fecha no he tenido problemas de ningún tipo. Ahora con el embarazo he aumentado mi ingesta de calcio añadiendo semillas a casi todo, tomando más zumo de naranja, y vegetales de hoja verde y evitando en lo posible el sedentarismo, la cafeína y la sal que disminuyen la absorción del calcio en sangre. Por ahora mis análiticas nunca habían salido tan bien 🙂
Cómo hacer la leche de avena
La avena la podéis encontrar en cualquier supermercado, herboristería o tienda eco. Yo tengo ahora esta, pero nos sirve cualquiera.
Y el precio es irrisorio (euro y pico), así que nos da para hacer litros y litros de leche. Los ingredientes que vamos a necesitar son estos:
Ingredientes
- Una taza de copos de avena (unos 50 gramos)
- 2/3 Dátiles para endulzar
- Una cucharada de esencia de vainilla (opcional)
- Una cucharadita de sal (opcional, potencia el sabor de la avena)
- Una cucharada de aceite de oliva (opcional, le da más cuerpo a nuestra leche)
NOTA IMPORTANTE: Después de publicar este post, me han escrito puntualizándome un par de cosas sobre los ingredientes, y creo que es necesario añadir dicha información: Aunque la sal y el aceite sean opcionales por el tema sabor, sería muy interesante agregarlos por tema nutricional: La sal sal equilibra el binomio sodio-potasio y así el potasio de la avena y de los dátiles se asimila mejor. Y el aceite le aporta a la mezcla los ácidos grasos, también muy interesantes (omegas) Si variais el tipo de aceite (lino, sésamo, girasol), le añadís uno u otro tipo de nutrientes a nuestra leche :). Esta aportación me la ha hecho Malén Clàudia Hidalgo, a la cual se lo agradezco un montón ^^.
Preparación
Ya veis que de 5 ingredientes sólo son estrictamente necesarios 2 (aunque os recomiendo echarle todos los demás por lo anteriormente citado). Además, el resto mejora sustancialmente el sabor, pero eso va sobre gustos. Yo si tengo vainilla le pongo, y si no, añado otro dátil más, y sale también muy rico. En este caso yo la he preparado en vez de con dátiles, con pan de dátiles, que también lleva nueces y le da un punto súper bueno.
Lo único que tenemos que tener en cuenta para hacer nuestra leche vegetal es acordarnos de dejar en remojo la avena con los dátiles la noche de antes. Con esto conseguimos que se reblandezca la mezcla para triturarla mejor y activamos los cereales y los frutos secos, con lo que conseguimos que nuestro organismo absorba mucho mejor los nutrientes, vitaminas y minerales. Os dejo un enlace interesante aquí por si queréis saber más del tema.
A la mañana siguiente, sólo hay que coger la mezcla y echarla en la batidora (yo uso la Thermomix, pero la he hecho igualmente con batidora de brazo y de vaso. Y se tritura todo mucho mejor en la batidora de vaso, pero si no tenéis, cualquiera os sirve). Pues primero se tritura la mezcla bien junto con la vainilla, la sal y el aceite hasta que resulte un puré. A partir de ahí vais añadiendo agua hasta completar el litro de bebida (unos 800 mililitros, depende del recipiente donde vayáis a guardarla) mientras seguís batiendo hasta que quede un líquido más o menos homogéneo.
Luego tan sólo hay que colarlo. Como ya sabéis, podéis usar cualquier tipo de colador, pero yo que siempre hago «cocina de supervivencia» utilizo un cacho de media que se me rompió, la lavé y la he hecho trozos que son los que uso para el kéfir, las leches vegetales…para casi todo. Lo sujeto con una goma al vaso de la batidora y a colarlo.
Y básicamente ya tienes tu leche vegetal, la echas en una botella de cristal y se mantiene unos 3 ó 4 días en el frigorífico. Yo con lo que me sobra (la pasta de avena y dátiles) suelo preparar luego galletas o algún bizcochito…pero me salen remalos todavía, así que ya pondré una receta digna cuando por fin de con la mezcla y la textura buenas.
Ya veis qué sencillo es hacer tu propia leche de avena, súper rica y nutritiva. Si sois celíacos también podéis encontrar avena sin gluten y se siguen los mismos pasos. También puse hace unos meses en el post la leche de quinoa, aunque tiene el inconveniente que hay que hervirla, con lo que se tarda más tiempo, pero ya teneis dos opciones geniales como alternativa a vuestro desayuno de siempre. Hoy me he dado un súper homenaje y como tenía mucho más tiempo me he hecho un desayuno de los que a mí me gustan, con «detóloquehepillao». ¡¡Y qué gustazo!! Entre ver el sol y el día tan estupendo que hace y estos manjares, así sí que se empieza bien la mañana 😉
Desayuno requetecompleto: leche de avena, zumo de naranja natural y tostadas de pan de kamut con paté de anacardos y zanahoria y aceite de oliva…Espero que os guste el megaposter que decora mi cocina…es la joya de mi casa 🙂
Abrazos y espero que si tenéis dudas sobre algo o quereis hacerme alguna puntualización, estaré encantada de leeros.
¡Que paséis un magnífico día!
Me encanta!! Gracias. Yo hace poco que empecé a tomar leche de avena. Soy intolerante a la proteina de la leche de vaca. Mi suerte es que no me gusta la leche, pero claro, mezclada con cacao sí. La avena me ha venido bien para cuando quiero tomar el cacao de forma líquida. Lo compro ya mezclado. Pero voy a probar a hacerlo yo en casa con tu receta de la leche. Gracias otra vez.
¡Gracias a tí! Por suerte hoy en día en el mercado existen un montón de leches vegetales que son una magnífica alternativa a la leche de vaca, con sabores variados y precios razonables. Pero yo sinceramente, donde esté lo casero que sabes lo que lleva, mucho mejor que mejor. Un saludo y espero que te guste el sabor de la leche caserica 🙂
Me encantan tus posts Llanos!! Desde que empiezas hasta que terminas no paras de dar información 🙂 Voy a probar hacerla porque compré avena y no sabía para qué usarla 🙂 ¿Le puedo poner pasas en lugar de dátiles?
Besotes!
Yo nunca le he puesto pasas, pero la endulzaran igualmente 🙂 Prueba a ver y me cuentas qué tal está de sabor. Aprovecha la Thermo y muele un poco de avena hasta que te salga como harina, y la puedes aprovechar para hacer crepes, tortitas, galletas…Yo la guardo en un bote de cristal y te dura un montón. La avena es un mundo por descubrir jajajaja. Un beso y gracias!!