Hola, ¿Qué tal estáis? Espero que hayáis pasado unas magníficas vacaciones. A nosotros no nos ha ido mal de todo. Hacía un montón que no nos íbamos de viaje (la última fue en las navidades y fueron unos días la mar de agitados), pero ya era hora de hacer el petate y salir de nuestra burbuja al menos por unos días. Además, la ocasión era ideal: supongo que ya os he hablado de mi grupo de «amigas virtuales» con las que llevo hablando a diario desde hace meses y de las que sólo conocía a dos de las nueve que somos. Pues se alinearon los planetas, y pudimos coincidir siete de nosotras ¡por fín! y abrazarnos y reirnos y contarnos las cosas con la misma familiaridad con la que lo hacemos a diario. Y ha sido genial verlas.
Y la verdad es que estaba nerviosísima por el viaje, por no llegar a tiempo (no lo hice), por perderme (también), por no olvidar nada (qué os voy a contar que no sepáis) y sobre todo por cómo iba a portarse Teo durante los días que íbamos a pasar fuera.
Uno de nuestros puntos a favor ha sido que Teo lloraba como un salvaje durante los viajes en coche. Tenía que dormirlo antes, colocarlo en la silla sobado y empezar a tirar millas hasta que se despertara. Un rollazo. Pero el maxicosi ya se nos quedaba pequeño, así que ¡tenemos silla nueva! Tengo que contaros más sobre las sillas a contramarcha, de lo importante que es que tu bebé vaya en el sentido contrario a la marcha (o sea de espaldas) para su seguridad en caso de impacto. Nosotros nos hemos pillado la Joie evolutiva «Every Stage». Tenemos silla hasta que el Teito haga la comunión, hale. Y ha sido todo un éxito, se ha puesto nervioso en alguna ocasión, pero vamos, ni punto de comparación con cómo se ponía de burro antes. Así que ha merecido la pena la inversión realmente 🙂
Como habéis podido comprobar, le pongo la tablet (cosa de la que en su día renegué como una loca), pero me he tenido que rendir a la evidencia de que un bebé atorado en una silla durante un tiempo más o menos largo se aburre como una ostra. Y llora. En ocasiones mucho. Y para mí, que voy sola conduciendo por norma general por autovía mientras él está de espaldas a mí berreando cual barítono desafinado, ha sido una tremenda salvación que vea las canciones que tanto le gusten…y se calme, y durante un buen rato vaya entretenido. Tengo que comprarle algo para sujetarla decentemente al reposacabezas (esto fue una medida desesperada que permanece hasta ahora) y también tengo un espejo para poder ver si va despierto o dormido. Lo compré en Amazon y estoy súper contenta. Si quieres verlo pincha aquí.
Ahora, el problema de salir de viaje, y por tanto cambiar de repente nuestras rutinas es que Teo se me desprograma, empieza a ver sitios, cosas, gente distinta, todo le llama la atención y se sobreestimula a lo bestia. Y dormir ya no es una prioridad para él, ni siquiera comer. Y claro, sin comer o dormir, os podréis imaginar en el estado en el que se puede llegar a encontrar después de 6 ó 7 horas como un loco por todo lo nuevo que va viendo….tremendo. Mi bebé curioso, alegre y más o menos tranquilo se convierte en un monstruito llorón y mamón que sólo pide teta a todas horas y berrea de contínuo porque sí, porque alguien lo coge en brazos, porque intentar animarle….por todoooo,. Y yo soy incapaz de mantener la calma y me desquicio muchísimo y dejo de disfrutar del momento, no consigo estar a gusto con quien esté, y sólo puedo pensar en que el niño se calme de una vez y vuelva a su estado normal. Y nunca lo consigo, a menos que al final acabe durmiendose por puro agotamiento en su silla, o en la mochila.
Para más inri he cometido errores garrafales preparando el equipaje del viaje, tanto mío como de Teo, lo que me ha hecho arrepentirme y hacer acopio de lo necesario para futuras salidas por si acaso. Así que quería aprovechar este post para daros mi pequeña opinión sobre las potras básicas que yo de tí no olvidaría para ir de viaje con tu bebé:
LISTA DE LO BÁSICO A LLEVAR DURANTE UN VIAJE CON TU BEBÉ (1 año)
- Bodies: Tanto en invierno como en verano a mí me parecen muy útiles, pero se manchan a menudo (de comer o de hacerse sus cositas y ponerlo todo perdido), así que calcula 2 por día (incluye un par más si te sale muy cagón y tiende a ensuciarse frecuentemente)
- Pañales: Según sea tu rutina de cambio de pañales, o la naturaleza de los mismos (desechables o lavables), en los viajes, yo calculo 3 diarios (más uno para la noche) y suelo añadir dos ó tres más por si acaso. Yo también uso lavables pero durante los viajes hasta ahora sólo he usado desechables por la inviabilidad de lavarlos y secarlos durante esos días.
- Botiquín básico de bebés: que incluya como mínimo paracetamol, termómetro, pasta al agua para rojeces nivel orco, discos de algodón y bastoncillos y suero en monodosis. Si usa chupete incluir uno de recambio o incluso un collar mordedor, y si está con los dientes en todo su esplendor tampoco estaría mal alguna crema para el dolor de encías. Si es verano o incluso invierno pero el tiempo será soleado, imprescindible crema de protección solar CON BARRERA FÍSICA y no química y un par de gorritos para que no les de el sol directamente durante mucho tiempo.
- Ropa y calzado: según cual sea tu destino, lleva ropa adecuada. Parece una tontería decir esto, pero yo todavía no tenía ropa fresca y me llevé al nene a Alicante con 25º casi con cuello vuelto…mea culpa. Yo siempre utilizo la «técnica cebolla» de poner una camiseta y una sudadera o rebeca y/o el abrigo e ir quitando o poniendo prendas según la temperatura que haga. Como Teo todavía es peque, respecto al calzado, suelo llevar dos pares de calzado más unas zapatillitas blandas de andar por casa.
- Útiles para las comidas: comer se puede llegara convertir en un infierno cuando sales de casa y tu niño está aprendiendo a comer según el método BLW. La razón es que, al menos Teo, tiende a tirarlo todo al suelo, incluidos vasos, cubiertos…se puede armar el lío padre. Entre eso y la alimentación que llevamos, no es nada fácil adaptarnos a la típica comida de los restaurantes, así que siempre llevo un par de baberos con mangas (más otro pequeño por si acaso), una jarra de aprendizaje y cubiertos de plástico por si acaso. Tampoco falta una neverita con bricks de leche de soja y un par de tapers con hummus y picos de pan, o con guacamole o yogures de soja, fruta, mis magdalenas caseras aplastadas y alguna chuminada más.
- Para dormirlo: Imprescindible el carrito, te lo digo por experiencia. En el último viaje pensé que para qué iba a llevarme el carro y ocupar medio coche si en la mochila se podía dormir sin problema. Craso error. Casi me muero de calor y del dolor de riñones, y Teo berreando que no quería mochila, pero andar tampoco…y en brazos menudo pampaneo. Conclusión: acabé el viaje con contracturas por toda la espalda que todavía arrastro. Así que la mochila es una maravillosa opción para hacer rutas a pie o para que se calme si está nervioso o se duerma, pero en este caso puedes dejarlo comodamente en su carrito mientras tú comes o paseas con él (a menos que vayas por terreno agreste). A la próxima no me vuelve a pasar esto.
Así que la conclusión a la que llego después de esto es que a pesar de que Teo cuando lo saco de sus rutinas se vuelve un follonero total, nuestra vida no va a reducirse a las rutinas toda la vida. Tenemos que salir de vez en cuando y ver mundo, visitar a nuestros amigos algún día y hacer algo de turismo. Así que cuanto antes es tarde. Sé que me va a tocar pasar esa transición de mi niño hasta que se acostumbre y coma a su hora y consiga dormir algo fuera de casa, pero estoy segura de que cuando lo consigamos haremos un tándem viajero cuasi perfecto 🙂
¿Y vosotros? ¿Habéis pasado esa época con vuestros peques? ¿Hay algún imprescindible que llevéis en vuestros viajes y que yo no he mencionado? ¿Algún consejo para que mi hijo vuelva a su ser normal cuando le dan las locuras de la vida?
Espero que me contéis vuestras experiencias.
¡¡Un abrazo!!
Me encanta cómo escribes! Parece que te estoy escuchando hablar. Lo de que se vuelvan locas si les cambio las rutinas siempre me pasa, pero es verdad que no son lloronas. Pero no comen casi, les cuesta dormirse y están más irascibles. Pero bueno, desde que nacieron no hemos parado y se tienen que acostumbrar.
Lo del carro a nosotros también nos pasó… De ahí mi post «Juro que jamás volveré a viajar sin carro» fue una cagada total.
A mi siempre se me olvida el segundo chupete, protección física para el sol y manta o sabanita ( depende del tiempo). Una cosa que suelo llevar es una pastilla de jabón de lagarto. Porque una gran cagada o mancha se puede quitar a tiempo
Una vez durante la operación pañal, lavé unas braguitas con jabón de lagarto en el aseo de un centro comercial. Yo no me iba ir con esa plata a mi casa
Respecto a lo de la comida, intenta no agobiarte tu cuando no coma. Porque si unos días come menos no le pasa nada. Ofrecele el pecho, fruta y ya está. Que picotee lo que quiera.
Ánimo!!!
Gracias preciosa! Sabes que soy lectora empedernida de tu blog y vuestras andanzas familiares, y aprendo un montón de ellas. La pena es que a pesar de ello la mayoría de las veces tenga que equivocarme para darme cuenta de que tenía que haber hecho esto o lo otro, pero bueno, supongo que a lo largo de los viajes y las actividades que vayamos haciendo las cosas vayan yendo mucho mejor. Un súper besazo guapa!!