El año se va acabando, y con él un montón de emociones, de días buenos y malos marcados en buena parte por la dichosa pandemia que nos ha tocado vivir. Yo casi siempre he odiado la navidad. Desde que tengo uso de razón nunca me han gustado las celebraciones populares, donde todo el mundo come y bebe en exceso, donde por narices tienes que estar más feliz sí o sí.
Ese condicionamiento normalmente me ha tocado mucho las narices y me he rebelado bastante ante ello. Aunque por otro lado, siempre me han gustado los reencuentros, la gente que vuelve a casa a pasar las navidades y de repente te cruzas con ellos por la calle un día. Y parece que no haya pasado el tiempo, como si nos hubiéramos visto ayer o anteayer. O te llaman para una cerveza y entonces tu día cobra un sentido especial. Esas cosas me encantan 🙂
Lo relativo del tiempo
Ayer hablaba con mi tribu sobre eso, sobre lo relativo que me resulta el tiempo y lo consciente que estoy siendo en estos momentos de ello. No soy de las que suelen llamar a la gente, no recuerdo los cumpleaños de casi nadie si no fuera por San Facebook que me los recuerda. Ni siquiera suelo mantener el contacto con las personas que han significado algo en mi vida, soy bastante desastre para eso, lo reconozco.
Pero ahí siguen, nunca las olvido, y por eso, siempre vuelven a mi vida, tarde o temprano. Y me siento exactamente igual que cuando compartí momentos buenos y malos con ell@s. Así que si me estás leyendo y eres una de esas personas, aprovecho para disculparme y para hacértelo saber si todavía lo ignorabas. Y para que no me lo tengas en cuenta por si te apetece llamarme estos días….
La maternidad
Desde que Teo llegó a mi vida, y tuvo uso de razón para disfrutar estas celebraciones como sólo los niños pueden hacerlo, las cosas han cambiado bastante. Porque si bien sigo sintiendo los excesos como ajenos, en los días clave me gusta preparar todo para que él sea más feliz. En general todas las fiestas, pero en navidad más todavía.
Así que hace cosa de 3 años compré un árbol de navidad (primer adorno que ha entrado en mi casa). Lo he ido decorando del mismo modo todos estos años. Hasta que ha llegado este y las ramas se nos caen del peso, tenemos de todo: renos, estrellas, bolas personalizadas, bolas caseras que hemos hecho para el cole, regalos y piñas a porrillo….
Y eso sin contar que pretendemos dejar nuestra casa como un burdel tailandés para que las luces se vean a 10 kilómetros a la redonda. No vamos a conseguir dejarla como esas famosas casas americanas con luces hasta en el retrete, que no está la luz como para acometecer esa locura, pero ahí andamos….hacer cosas juntos en vacaciones se ha convertido en algo genial para mí viendo su cara de felicidad.
La Navidad Covid
Y bueno…llegamos al meollo de la cuestión y el objetivo de haber escrito este post. Normalmente por estas fechas suelo publicar un post felicitando la navidad en redes sociales y poco más. Pero este año es distinto. Este año hay miedo, siento mucho el miedo en todos lados.
Durante toda esta pandemia que está durando una eternidad, yo he tenido todo tipo de sentimientos encontrados. Para mí esta etapa ha significado un punto de inflexión en mi vida en la que me he replanteado muchísimos aspectos que quiero cambiar y mejorar. Y también ha habido mucho temor, por los míos, por la gente que quiero. Por el miedo a la muerte, al sufrimiento, al dolor….
No he querido referirme a la pandemia hasta ahora por lo dura y complicada que fue para mí, y entre otras cosas, por eso abandoné el blog por completo todo el 2020. Sin publicar absolutamente nada. De eso ha llovido mucho desde que este mal sueño empezó ya hace 21 meses. Y lo que te rondaré morena, pero al menos he recuperado algunas buenas costumbres como la de seguir escribiendo.
Pues eso, después de tantos meses, ya parecía que todo iba mejorando. Y de repente el miedo más atroz vuelve a aflorar más que nunca en las familias, entre los amigos. Ahora sólo existe un discurso válido, que nos lleva una y otra vez a discusiones que no llegan a ninguna parte. Para mí está siendo duro y agotador, porque mi opinión siempre suele diferir del resto en casi todos los ámbitos de mi vida. Y he decidido no callarme porque si lo hago acabo somatizando enfermedades (lo que tiene ser una PAS, vaya). Y se me juzga y se me tacha de cosas con las que no me siento identificada, ni cómoda. Unas navidades como el Grinch serían ideales para mí ahora.
Porque creo que durante estas fechas, y al contrario de lo que dice Karra Elejalde en el anuncio, vamos a seguir acojonados a pesar de que la peña siga inflándose a embutido estos días, por desgracia.
Fiestas Paganas
Pues bien, a pesar de todo ello, he decidido celebrar estas fiestas por todo lo alto. Sentirme bien, aunque sea alejada del mundanal ruido. Y para ello he buscado motivos suficientes para celebrar la vida.
Entre ellos está el que en estas fechas siempre se han hecho celebraciones paganas, que posteriormente la religión católica sustituyó por otras celebraciones que para mí tienen bastante menos sentido. Así que he decidido buscar otras celebraciones alternativas más acordes con mi modo de pensar para tener la excusa perfecta.
En estos días el pueblo rendía culto al Solsticio de Invierno en el Hemisferio Norte, el día más corto del año que dará paso a que los días se alarguen a partir de ahora. Los celtas y los nórdicos celebraban el Yule, en la cual se festejaba el nuevo ciclo solar, quemando troncos adornados para que alejara el invierno y la muerte y atrajera el sol y la vida.
Los persas adoraban al Dios Mitra, divinidad de la luz que según la leyenda nació el 25 de diciembre. Los griegos tomaron su figura y la equipararon a Helio, el dios del Sol. Y los romanos tomaron esta fecha como «Natalis Solis Invicti», «el nacimiento del Sol Invicto». Durante la época romana también se celebraba por estas fechas la Saturnalia, dedicada al Dios Saturno, que solían durar del 17 al 23 de diciembre. Se paralizaban las ejecuciones, se daban más libertades a los esclavos, había banquetes públicos y se intercambiaban regalos. Y bueno, parece ser que con toda esa felicidad y dada la libidinosidad de los romanos, la cosa solía acabar en orgías a cascoporro…
Del tema de los regalos hay muchísimas leyendas. Ahora en España hemos adoptado la figura de Papá Noel, pero hay muchos personajes tradicionales españoles, como el Olentzero vasco, el apalpador gallego, el Tió catalán, etc….la mitología y tradiciones de los pueblos es algo maravilloso que merece mucho la pena conocer.
A mí personalmente me encanta el tema del culto a la fertilidad, a la creación de nueva vida. Los dioses más venerados nacieron en estas fechas, y por eso Jesús no podía ser una excepción. Pero nunca me he sentido muy identifcada con la iconografía católica. En parte porque el paganismo celebraba la vida y el catolicismo el martirio y la muerte. Mucho mal rollo.
Asi que aquí va nuestra felicitación
Como estamos en fechas en las que más que nunca es necesario celebrar, me gustaría que encontrárais una razón para hacerlo. Una razón no para hacer comilonas o beberse hasta el agua de los floreros (bueno, dos veces al año no hacen daño). Necesitamos una razón para ser plenamente conscientes de que la luz vencerá a la oscuridad, la alegría al miedo y la esperanza al temor. Comienza un nuevo ciclo y es nuestra oportunidad para cambiar el enfoque, para poder vivir sin miedo y para pensar que podemos con esto y con todo lo demás.
Esa es mi esperanza y la razón por la que quiero celebrar cada día, cada puesta de sol y cada noche, durante estas fechas y mientras pueda. Tal vez nos falten seres queridos, tal vez por miedo vayamos a pasar esta noche con menos familia, o incluso solos. Pero te deseo de todo corazón que te aferres a lo que tienes, a lo que permanece en tí, a lo que has logrado a pesar de todo.
Te deseo unos días de luz, de pensamientos positivos, de calma. Porque como dice mi amiga Anita, que es una mujer sabia y poderosa » lo que hagamos o pensemos ahora es la semilla de la energía que tendremos el año que viene». Así que ya lo sabes…
Las fotos que te muestro en este post y que espero que te gusten, nos las han hecho mis maravillosos amigos de Aroca Producciones, a los que agradezco que estén y que sean. Siempre.
Feliz Navidad, Feliz Solsticio de Invierno, Feliz Renacer.
Hola Llanos.. Feliz Navidad¡¡¡¡ Yo soy uno de esos que pasó por tu vida, de forma breve, pero de esa forma mágica en la que lo breve se hace dos veces bueno. Pudo haber sido mejor, pero la Vida quiso que fuera así. Fue tiempo suficiente para reconocer la luz que escondes y tu contagiosa manera de hacer que todo fuera ser posible. No pierdas esa ilusión que te habita por intentar hacer de este mundo un espacio mejor para todos.
Me alegro de que sigas compartiendo tus emociones, tus vivencias, tus sentires… En estos años tan especiales que estamos viviendo, se nos ha obligado, casi sin querer, a mirar hacia dentro… a intentar reconocernos…. Y en realidad es lo que toca. No sé cuantos años más de zozobra tendremos que vivir, pero sí estoy plenamente convencido de que la única salida es ese viaje interior para encontrarnos y sacar lo mejor de nosotros mismos, para que la luz que nos habita, esa LUZ que hoy celebramos triunfante sobre la oscuridad, tome el relevo necesario para hacer de este mundo ese espacio luminoso, acogedor, entrañable, ese HOGAR en el que todos, sin distinciones nos sintamos TOTALMENTE acogidos.
Y en eso estamos querida Llanos… El como hacerlo es parte de la experiencia individual de cada uno. Y aquí es donde el Miedo juega su papel importante. Nos han educado a vivir acogidos en él, nos han educado a convivir con el sufrimiento… y por eso necesitamos reconocernos, recuperar esa parte nuestra que nos han escondido y que habita en nuestro interior y hacer que el poder de la Luz que SOMOS, llene de amor esos rincones donde el miedo campa a sus anchas. Y en este día de Navidad es bueno recordar que precisamente Jesús vino a enseñarnos como hacerlo. El triunfo de la luz sobre las tinieblas, el reconocimiento de nuestra esencia divina conectada a la luz que somos. Triste que la religión haya hecho acopio de su mensaje para transformarlo a so antojo para hacer dominio de la Vida y alejarnos de ella.
Por esos estos tiempos… por eso estas experiencias… para transformarnos, para transcender creencias limitantes instaladas en nuestro ser. Brindemos por es LUZ que somos y aprendamos a disfrutar de la VIDA. Porque cada experiencia esconde parte de esa LUZ… Reconozcámosla en cada instante. Pongamos AMOR en cada una de ellos. Sólo así podremos celebrar esta «Nati Vitae» Navidad, esta «Nueva Vida».
Mi abrazo de luz para todos.
Muchas gracias Mateo, por tus maravillosas palabras con las que resueno totalmente. Es algo recíproco también para mí. Fue una pena que no lográramos llegar a cabo nuestros planes para mejorar la ciudad (que lo hubiéramos hecho y bastante bien, creo yo). Pero a veces siento que el gran golpe que supuso abandonar esa etapa de mi vida me ayudó a ser lo que soy ahora, con mis sombras y mis luces. Un abrazo enorme, pasad unas felices fiestas y ya nos tomaremos un café o lo que se tercie…y cambiaremos el mundo 😉
Un placer leerte. Más post así ❤
Feliz solsticio de invierno, feliz Renacer
Gracias preciosa Delmy. Feliz Renacer <3