Hola a tod@s! La semana pasada dejé la cosa con mucha intriga con la nueva categoría pero sin haber colgado ninguna receta…¡Hasta hoy! Y empiezo con lo más básico, que es una sencilla pasta de dátiles. En casi todas las páginas de recetas para peques encontraréis esta pasta, y con razón: es la mar de versátil, y hasta tú en casa la puedes tener aunque no tengas niños en casa porque te puede sacar de un apuro en un momento dado.
Y es que los dátiles nos llevan acompañando en nuestra dieta desde hace siglos. A pesar de lo que muchos creen, no es un fruto seco como las pasas o los orejones, sino que salen de la palmera tal y como los conocemos y los consumimos. Hay varios tipos, el Deglet Noor (el más conocido), el Medjool (ahora muy de moda con el tema de los Smoothies y todo lo detox), el Halawy, Zahidi, etc. Si os interesa alguna variedad en concreto, echad un vistazo a este post que explican cada variedad perfectamente,fotos incluidas. La cantidad de azúcar que contienen es lo más relevante (en torno al 70%, por lo que son muy energéticos), pero además cuentan en su composición con fibra y vitaminas como la A, tiamina, riboflavina, niacina, triptófano y ácido ascórbico. También destaca su contenido en hierro, potasio y fósforo.
Después de toda la retahila, queda más que probado lo nutritivo de este fruto como alternativa al azúcar blanco o cualquier otro tipo para endulzar vuestros postres para los nenes, o de elegir productos ya procesados con ingentes cantidades de azúcar.
Pues preparar esta pasta es lo más sencillo del mundo. Sólo necesitaréis dátiles de vuestra elección y agua. Y chim pum. Facilito ¿eh? Yo siempre suelo usar los Deglet Noor que son los más fáciles de encontrar en casi todos los comercios. La cantidad dependerá del uso que queráis darle. Y me explico. La podéis usar para, desde endulzar yogures naturales hasta para hacer galletas, tortitas, bizcochos, mugcakes…cualquier preparación que requiera de dulzor. Pero así, para empezar, yo os recomiendo que os hagáis con unos 7 u 8 dátiles, y si veis que le sacáis partido, luego preparad más cantidad.
Tened en cuenta que el proceso, aunque muy fácil, requiere de tiempo, ya que hay que dejar los dátiles en remojo unas horas. Lo ideal sería dejarlos la noche anterior y preparar la pasta por la mañana pero si lleváis prisa, también podéis remojar los dátiles unos 15 ó 20 minutos con agua muy caliente. El motivo de remojarlos es, además de para reblandecerlos, para activarlos. El permanecer en agua durante esas horas en los frutos secos y las semillas (nuestro caso), provoca que se activen determinados nutrientes que entre otras cosas hacen mucho más digestibles estos alimentos. Si os interesa este proceso, echad un vistazo a este post, es muy interesante.
Pues nada, vamos al lío. Cogemos los dátiles, los deshuesamos si fuera necesario y los cubrimos con agua. Los dejamos toda una noche activándose.
Y a la mañana siguiente desechamos ese agua y volvemos a echar la misma cantidad de agua (Si lo hacéis con agua caliente no es necesario este paso ya que no se habrán activado y podemos utilizar la misma agua de remojarlos). Se echan dátiles y agua en el vaso de batidora y se tritura todo hasta que tenga una textura homogénea.
Luego lo viertes en un recipiente y lo etiquetas con la fecha. Se mantiene refrigerado unos diez días. Y ya tenemos nuestro endulzante listo (la foto de la fecha tiene casi un mes, ya veis qué retraso llevo con todos los post que quiero publicar, ains…)
En los próximos post os iré dando más recetas para sacarle todo el partido posible a nuestra pasta de dátiles. Espero que lo preparéis y me contéis qué tal os ha parecido.
¡¡Saludos, nos leemos pronto!! 😀